29 septiembre 2013

Snowboard, acción en Charkini

Aquí no llega ni el perdón de Dios!”, sentencia Luis Mattos, cargado de una mochila y una tabla de snowboard cuando por fin alcanza las cumbres blancas del Charkini —en la comunidad paceña de Milluni, camino a Zongo— después de una hora de caminata a través de una empinada cuesta . Y la frase no es para menos, porque a 5.090 metros sobre el nivel del mar (msnm) y rodeados por el silencio de un blanco perpetuo, uno se siente como si estuviera en el fin del mundo.

Pero Luis no es el único que inició el ascenso, lo acompañaron su novia Melani Pope y 20 personas más. El grupo subió hacia el nevado con un mismo objetivo: practicar snowboard, deporte que consiste en deslizarse sobre la nieve en una tabla diseñada especialmente para la acción.

“Este sitio es apto para el snowboard, porque todo el año tiene nieve y cuenta con una planicie en declive y cuestas empinadas para deslizarse en la tabla”, explica Mauricio Mallo, uno de los organizadores de esta actividad que cada fin de semana, desde 2009, reúne a sus seguidores.

Karel, muy amigo de Mauricio, es pionero en el snowboard en La Paz, a sus 13 años quedó fascinado con la idea de deslizarse sobre la nieve controlando una tabla. ¡Y se lanzó! “En 2001, me la pasaba viendo videos de snowboard para aprender y decidí comprarme una tabla para practicar este deporte. Como en Bolivia no las venden, viajé a Santiago de Chile y retorné con el equipo completo”, relata este médico de 26 años.

Uno de los problemas con los que tropezó es que en el país pocos habían oído hablar de esta disciplina enmarcada en los deportes extremos.

“Escuché del Club Andino Boliviano y fui a su oficina en las calles paceñas Otero de la Vega y México y allí me afilié, ya que ellos tenían salidas al Chacaltaya —antes de que se derrita— todos los fines de semana, sin embargo, la práctica era de ski”.

Casi confirmando el adagio “Dios los cría y ellos se juntan”, en sus salidas por los nevados y en la búsqueda de cumbres conoció a Mauricio y formaron Ski y Snowboard Bolivia con el objetivo de promocionar el deporte con el apoyo de la Federación Boliviana de Ski y Andinismo.

“Un escalador amigo, Juan de Dios Guevara, nos dio la pauta del Charkini, que es ideal para personas que practican por vez primera este deporte, así como para los que tienen alguna pericia”, asegura Mauricio, mientras reparte nueve tablas antes de iniciar la diversión.

Vestidos con ropa impermeable y térmica, grandes lentes que protegen los ojos de los rayos del sol que se refractan en la nieve, guantes y botas especiales, el grupo de jóvenes apasionados y curiosos por el snowboard está listo para la aventura.

La mayoría pondrá a prueba por vez primera su equilibrio. Su interés es tan grande que nadie duda, ni un momento, en abandonar la proeza, a pesar de que la subida hasta la cima exige mucho esfuerzo al cuerpo.

“Esta es mi primera vez y estoy muy emocionado”, dice Ignacio Ballivián, quien además comparte las recomendaciones que le han dado los tutoriales de internet.

“Lo mejor es contar con ropa y zapatos especiales, porque la nieve moja y hay que traerse un par extra de medias y también de calzoncillos”, recomienda mientras muchos ríen y le dan la razón.

Mauricio agrega que la mayoría alquiló la ropa, a través de la agencia de un suizo que renta este tipo de equipo a precios económicos en la calle Illampu.

El viento sopla frío, una tabla está a punto de deslizarse sobre un declive blanco. La valiente se llama Gabriela y sus amigos la apodan Pumki. Es la primera de los principiantes en aventurarse .

Cuesta abajo y con un equilibrio envidiable, la joven de 23 años domina el movimiento de la tabla y se desliza al parecer sin temores. Sus amigos la aplauden hasta que frena y cae sentada sin hacerse daño. “Es mi segunda vez, ya vine una anterior ocasión con Ski y Snowboard Bolivia y le he hallado el gusto”, dice mientras se desabrocha los seguros de la tabla.

El hecho de contar con sólo nueve tablas obliga a los organizadores a pedir que formen parejas para alternar en los deslizamientos. Algunos de los dúos mixtos aprovechan para el romance.

“Venir aquí con mi novio es muy divertido porque, además de hacer un deporte fuera de lo común y pasar este día juntos, podemos retirarnos del mundo a un lugar que parece un sueño”, justifica Melani.

Y no es la única pareja de novios en el lugar, porque muchos van de la mano o cuidando uno del otro mientras practican el deporte. Aunque hay que aclarar que ir acompañado no es un requisito.

Para gestionar la compra de tablas, Karel y Mauricio apostaron el todo por el todo ya que sus precios oscilan entre $us 1.200 y $us 1.500 y pidieron financiamiento a la Federación Boliviana de Ski y Andinismo y a la Asociación de Ski y Andinismo de El Alto.

“Las tablas las trajimos de Buenos Aires y gracias al apoyo de esas instituciones es posible que más gente se forme en el snowboard”, destaca Karel.

Y así, todos los presentes se turnan para deslizarse. ¡Qué divertido! Al principio parece un tanto complicado, pero no lo es. Un poco de concentración y direccionar el peso del cuerpo en la tabla son las claves para deslizarse de la mejor forma.

El equipo de Escape hace la prueba y la sensación de velocidad es fantástica.

Los con mayor pericia están en las cuestas blancas y altas, listos para hacer gala de sus capacidades. Saltos, giros, bajadas empinadas y velocidad.

Alejandro Alcázar es ingeniero electrónico de 27 años y trabaja en una embotelladora. Hace un año viajó a EEUU de donde se trajo una tabla y, cada fin de semana, no deja de practicar.

En una de las cimas blancas y más altas, Alejandro se ve pequeño por la lejanía. Destacan los colores de su atuendo en el manto blanquísimo y brillante. Se alista para bajar y mostrar sus destrezas. Sin dudarlo, domina su tabla, durante el recorrido, marca una senda en zig zag. Todos lo aplauden a lo lejos.

Mauricio hace notar que un factor que no ayuda a que este deporte se difunda es que no cuenta con apoyo estatal.

“En otros países saben aprovechar la nieve y explotarla como sitio de turismo y para el deporte, instalan funiculares que te permiten subir a las cimas, pero aquí nosotros hacemos un doble esfuerzo de trepar el cerro para poder practicar y disfrutar de nuestros nevados”.

El cambio climático es otro factor que va derritiendo los picos blancos.

“A pesar de que el planeta se calienta cada vez más por la contaminación, el Charkini está blanco todo el año y eso es una bendición que no vamos a desaprovechar, aunque haya que sudar hasta la cima”, dice Mauricio. Para que las personas puedan experimentar este deporte en la nieve, los responsables organizan salidas los fines de semana a través del sitio de Facebook Ski y Snowboard Bolivia.

Datos para el viaje

Para llegar a la pista, el grupo organiza la excursión por Bs 150, que incluye la tabla y el transporte de ida y vuelta. El traslado dura una hora y media. La aventura se realiza todos los fines de semana. Llamar al 70520499

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