Está en receso competitivo. El hecho de haberse animado a apostar por un emprendimiento significativo consume la mayor parte de su tiempo, por lo que toma esta etapa como preámbulo para volver a concursar con todo.
Y, según sus planes, la idea es regresar a fin de año a pelear la corona en los torneos nacionales para luego, en 2018, subirse a la aventura mayúscula que todo fisicoculturista ve con admiración: el afamado Arnold Classic que se lleva a cabo en Brasil, el evento más importante del continente sudamericano.
Considera que se entrenará en mejores condiciones que en anteriores ocasiones porque, esta vez, contará con suplementos especiales, los que se hizo acreedor luego de adquirir la franquicia de una firma internacional llamada EST Sports.
“Sobre todo, me estoy dedicando a la administración de mi gimnasio y, ahora, a este nuevo proyecto. No hay mucho tiempo”.
Su última participación en un encuentro nacional se dio en septiembre, mes en el que se presentó en Sucre y consiguió la consagración en su categoría (hasta 1.73 metros).
Aprovechó, también, para dar algunos tips en cuanto al consumo de suplementos para aquellos deportistas (no necesariamente fisicoculturistas) que entrenen diariamente o que pretendan subirse a la tarima.
“La proteína es la base de la alimentación. La encontramos en el huevo y la carne, por ejemplo, pero lo que tenemos (productos) es lo mismo, un poco más concentrado y práctico”.
En cuanto a los quemadores de grasa localizada, adelantó que su tienda cuenta con unos a roll on. Entre la gama de suplementos, se encuentran los precursores de testosterona, precursores de hormona de crecimiento (para ambos sexos), las afamadas proteínas y energizantes.
Ferrel no es “novato” en la microempresa. Junto a sus hermanos, maneja la firma Body Up Gym. Por ello, se ha convertido así en otro de los deportistas bolivianos que apuesta por “lo propio”, al igual que la billarista Nataly Camacho (que tiene un pub céntrico), Cristian el Tanque Quiroga (posee también un gimnasio llamado Tank`s Power Gym, en Santa Cruz) y los hermanos ajedrecistas Jessica y Rubén Molina (que se animaron y abrieron una escuelita dirigida para niños, adolescentes y adultos que gusten del deporte del tablero.
En 2014, Ferrel dio sus primeros pasos en la competencia, cuando logró la corona como Mister Cercado. Antes, lo hacía como hobbie, porque le gustaba.
Ya desde ese año apuntaba hacia el Arnold Classic, un encuentro en el que se congregan los fisicoculturistas de mayor experiencia.
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